sábado, 18 de abril de 2015

Gavilán o Paloma

“Amiga, hay que ver como es el amor.  Que vuelve a quien lo toma....Gavilán o palomaaaa!” Como si de una profecía se tratara o como si Jamie McGuire se hubiera inspirado en la canción, la verdad es que describe perfectamente el argumento del libro. Sea como fuere, el libro es una mezcla de contradicciones, en el sentido de que al principio quieres que los protagonistas estén juntos pero, hacia el final, lo único que deseas es que se separen, visto lo que son capaces de hacerse el uno al otro cuando están juntos.  


La pregunta es, ¿realmente les conviene ser pareja? Es innegable que están hechos a medida, pues por mucho que Abby Abernathy se esfuerce en ocultar su pasado, es más parecido a la realidad de Travis Maddox de lo que ella quiere admitir. La apariencia de niña buena que intenta conferirle la escritora se desmonta justo en el momento en que conoce a los Maddox. Encaja tan perfectamente con ellos que incluso asusta un poco. Llegar a la conclusión de que Abby no es una niña buena te quita un peso de encima en cierto sentido, pues te despoja de la preocupación de que el novio chulo de calle la destrozará por completo.  

Cuando terminé el libro, solo había una idea que me rondaba por la cabeza. Relación tóxica.  Todo es precioso cuando están juntos, pero son incapaces de vivir separados. Aun así cuando se juntan se destruyen mutuamente. En parte, esto viene dado por el carácter controlador de Travis. Tan susceptible, que se pone nervioso solo de ver que alguien habla con Abby. Y esto, a ella, en cierta manera, le gusta, porqué, ¿a qué chica no le gustaría saber que es el motivo de que el chico más ligón de la universidad se vuelva loco de celos?

Travis llama cariñosamente a Abby, Paloma ("Pigeon")
Si lo que la autora quería era plasmar este tipo de relación, lo ha conseguido.  Aun así, me ha faltado un poco más por parte de Abby. Me han quedado claros los sentimientos de Travis,  es decir, los suyos han ido en constante evolución desde que la conoció hasta el final del libro. Sin embargo, Abby trata de auto convencerse de que lo que gavilán representa es malo y que no debe acercarse. Pero llega un momento, en el cual me faltan las razones (racionales, porqué sé que las del corazón están ahí) para cambiar de opinión tan bruscamente. ¿Qué es lo que le muestra Travis para decidir que si vale la pena intentarlo?


Por otro lado, el punto a favor que tiene Abby es que no es la típica chica de pueblo tímida y retraída que por un milagro de quien sabe qué entra en el punto de mira del malo del instituto, sino que es de las que toman la iniciativa. Tan imperfecta que te identificas con ella.  Tan cercana que te dan ganas de ser su amiga. Por otro lado, la evolución de este personaje es nefasta: empieza gustándote y luego terminas odiándola. Y hablando de amigas… el amor incondicional que le profesa America es digno de admirar. Si estuviera en su situación y supiera que mi mejor amiga se está enamorando de un chico como Travis, impediría por todos los medios que se metiera en semejante berenjenal. Más que nada porqué luego sería yo la que tendría que aguantar todos los lloros.

Y el pobre Shepley… que es la versión masculina que America, y que no solo eso, también tiene que vivir con el autodestructivo Travis Maddox. Capaz de beberse una botella de Whisky él solo y destrozar su casa como si fuera de juguete. Realmente, le compadezco.  Además, esa manía tan rara de tiene gavilán de tirarse a todas las chicas en el sofá es… Agh, me dan escalofríos. Yo no me sentaría en ese sofá ni aunque me pagarán mil euros.

Asi debe haber acabado el sofá de Travis después de tanto "trote"
(nunca mejor dicho)
Conclusión. Que si juntas todos los elementos, te sale algo bastante parecido a una relación de amor perfecta. Un chico “malote” que se enamora de la chica aparentemente “mosquita muerta” y que, encima, no solo eso, resulta que ella es más dura de lo que pensábamos. No obstante, no deja de rondarme esa mala idea de que más que de amor es de amor-odio y que más que perfecta es toxica.  Y que si ocurre lo más insignificante entre ellos se desmoronará por completo todo lo que habían conseguido hasta ahora.


Supongo que aunque Travis tenga mil cosas malas, también tendrá mil y una buenas, y que, a simple vista no serán buenas para todos, pero lo son para Abby. Aunque, sigo diciendo, no es el tipo de relación que  dejaría tener a una amiga mía. En este punto de la historia solo cabe decir: “Amiga, hay que ver como es el amor.  Que vuelve a quien lo toma... ¡Gavilán o palomaaaa!  Pobre tonto, ingenuo charlatán, ¡que fui paloma por querer ser gavilán!”

Hace un año surgieron los rumores de que el libro iba a convertirse en una película. De hecho, Warner Bros había comprado los derechos. Aparentemente el asunto quedó indefinidamente parado por motivos desconocidos. Aun así, la autora digo que para ella los actores que podían dar vida a esta pareja serían Lilly Collins para Abby y Colton Haynes como Travis.  ¿Que os parece a vosotros?


Lilly Collins como Abby Abernathy
Colton Haynes como Travis Maddox

























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